miércoles, diciembre 07, 2005

Ratzinguer Z


Jeje aun recuerdo aquella melopea que pillé cuando estaba en el menor, jeje, creo que ha sido el mejor pedo de mi vida, no recuerdo muchos más pero aquel.. jeje, fué el único día que no fuí niña buena, respecto a lo de salir por allí, pero claro quien va a irse a dormir a las 3 con la fiesta que había jeje, lo mejor de todo al día siguiente, que le exaron la bronca a una compañera nuestra, y no a quien debían..

Bueno aquella segurata era Mazinguer Z , jeje por su forma mecánica de andar jeje, y su cara de mala leche, mm la otra hoy en día la podríamos denominar Blender jeje.

Después de rescatar esta foto, pq he visto la noticia en el telediario que sino no me lo creo! ya puedo decir que Ratzinguer tiene superpoderes, los de la Benemérita jeje. Bueno en fin cuelgo la foto, y no comment :P

1 comentario:

Anónimo dijo...

RATZINGUER TEÓLOGO.

Hace ya muchos, demasiados años, que leía a Ratzinger y me quedaba estupefacto ante una espiritualidad tan a flor de piel. Leer a este autor era para mí, mejor que a un Papini o a un Guardini. Cuando llegó a ser el guardián de la fe en su puesto de Congregación para la doctrina de la fe, yo seguía viendo en este hombre un hombre espiritual hasta el extremo de creer por mi parte, que su fe y su saber eran incompatibles con el cargo que desempeñaba.
Cuando fue elegido papa no pude reprimir una sensación de desencanto. Ahora tendría que estar sujeto a su condición de mando. Tendría que pensar y actuar como papa con las limitaciones que, aun no siendo mucho mayores que las que soportaba por ser Director de la Congregación para la doctrina de la fe, eran de cara a las gentes más hierática e inmovilista que en su anterior cometido.
Actualmente me encuentro unos editoriales y comentarios, que denotan sorpresa por que antes de ser papa, era considerado una especie de Gran Inquisidor. Y me divierte esa sorpresa (de todos los frentes) de los que ahora ven en él un hombre como yo le he visto siempre. Un gran teólogo desde hace muchísimos años, y un hombre de fe con una trayectoria nítida y clara, aunque en muchos casos incómoda para muchos, que hubiesen preferido un “inquisidor” más flexible.
Sus detractores más feroces (aun no calmados) veían en mi apologética constante de los escritos y el pensamiento este hombre, desde hace muchos años, algo no conforme a lo que mi mentalidad abierta y expectante denotaba. ¿Cómo puedes decir de este anquilosado anciano, lo que dices de su espiritualidad, y de su gallardía para sostener los principios del cristianismo católico? Te contradices.
Hoy muchos de los que así me hablaban (con gran consternación por mi parte) ya reconocen a regañadientes que parece que tenía razón en algunas de mis apreciaciones. Hasta me piden ¡a mí!, que les ilustre sobre cuales son sus escritos más interesantes.
Quieren conocer, no a un papa que ellos en algunos casos detestan, precisamente por ser papa. Quieren conocer a un hombre que desde siempre ha hecho del amor, y de la manifestación de este, un caballo de batalla para el crecimiento del cristianismo, la defensa del evangelio, y la seriedad de los planteamientos cristianos en la praxis más auténtica y ejemplarizante.
Este hombre sabio, que se ocupaba de fortalecer la doctrina católica, (en muchos casos sujeta a gran controversia), luchaba para que esta misma iglesia demostrara y demuestre aun, que el amor es la sustancia de la doctrina, por que Dios es amor. Que el que quiera ser parte de la naturaleza divina, tiene que ser amor, él mismo.
Ahora ha lanzado una encíclica que aun no he leído totalmente, pero me dice el instinto y la experiencia a través de la observación de su trayectoria, que será una revelación de lo que verdaderamente importa en la iglesia cristiana, aparte de lo que sus detractores pueden decir (ahí no entro yo) de su defensa de valores o anacronismos exclusivamente católicos.
No entro pues en apologías ni detalles, ya que no me siento preparado para ello, contra lo que significa este hombre para la cristiandad. Solo que cuando tuve un rayo de esperanza, que creía no compartido por nadie de los que dialogaba, este destello de horizonte nuevo se ha visto robustecido por la trayectoria que lleva recorrida en los escasos días que lleva de ministerio.
Ojalá esta esperanza se vea confirmada por el correr de los hechos, y por la comprensión de todos los que invocan el nombre de Jesucristo como Señor; por los que sin conocerlo en el término bíblico, piensen más sobre lo que este hombre ahora papa, antes teólogo muy desconocido, tiene que decir.
Examinadlo todo, retened lo bueno. Es un consejo del Evangelio.